

CULTURIZACIÓN
CDMX
INCESTO Y ABUSO INFANTIL
En la sociedad mexicana
Diego González
¿Cuál es el futuro… de México? Es una pregunta que conlleva una simple respuesta para varios Mexicanos: “éste país está jodido”. Y es una respuesta totalmente aceptable tomando en cuenta los antecedentes del país en cuanto a crimen, violencia y corrupción. Pero ¿cuál es realmente el futuro de éste país? Puede suponerse, que el futuro de México reside en los niños y jóvenes.
Los niños del mundo hoy sostienen el futuro en sus hombros, cargan con el peso de las decisiones de las generaciones pasadas, e incluso podemos decir que son la clave para abrir la puerta a un futuro más brillante en éste país. Y sin embargo… ¿Qué pasa con los niños en México?
Hay 122,300,000 personas residiendo en México. 34,244,000 de ellos son niños de 0 a 14 años. Y 20,546,400 de esos niños sufren de algún maltrato o abuso. Y de ellos 1,027,300 niños al año son abusados sexualmente por algún familiar.
Resulta indignante, que el número de niños que sufren de abuso sexual por un familiar, es igual al número de votantes mexicanos en Estados Unidos.
Se estima que poco más de un millón de mexicanos tendrán los requisitos necesarios para votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2018. Parece abrumador pensar que es la misma cifra que el número de niños que sufren un abuso sexual incestuoso en nuestro propio país.
Según la institución “Crime Victims Treatment Center” Nueva York, la definición del término “abuso sexual infantil” corresponde a: “Situación que ocurre cuando un adulto o niño mayor se encuentra en una posición de poder, y utiliza la coerción u obliga a un niño o niña a llevar a cabo actividad del tipo sexual.
En el libro “Dos Crímenes” escrito por Jorge Ibargüengoitia, se describe el caso de una joven llamada Lucero, quien mantiene relaciones sexuales constantes con su primo Marcos, a la vez que el también mantiene relaciones con su tía Amalia. La manera en la que Jorge Ibargüengoitia nos hace ver el incesto, nos describe una actividad cotidiana, algo libre de mal, y sobre todo, nos muestra el incesto como una actividad consentida por las partes involucradas. Aunque realizando una antítesis contra la obra de Ibargüengoitia, puede afirmarse que la mayoría de los casos de incesto reportados son pertenecientes a situaciones de violencia sexual intra-familiar. Dicha antítesis es sustentada por los siguientes datos:
Javier de la Garza Aguilar, profesor en el departamento de Salud Pública perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México realizó un compendio de información obtenida en estudios descriptivos sobre víctimas de casos de incesto que fueron atendidas en centros de atención especializada entre los años 1990 y 1996. En la conclusión de dicho compendio, el Profesor Javier de la Garza afirma que de población de víctimas estudiadas, 85% fueron del sexo femenino. Casi la mitad de las mujeres reportadas contaban con una minoría de edad, las cuales poseían una media de escolaridad de 9 años. La población de varones que sufrió de abuso sexual tenía de 5 a 14 años.
El estudio también revelo que los agresores sexuales de dichas víctimas fueron todos hombres, de los cuales 62% eran allegados a las víctimas, y de ese índice, 86.7 eran parientes suyos. El sexo femenino obtuvo un mayor índice de riesgo de sufrir casos de violación excepto en las edades de 5 a 14 años, donde los varones obtuvieron un mayor índice de riesgo.
En la conclusión del texto, Jorge de la Garza escribe: “El riesgo de la violación es mayor ante un familiar, o la pareja/amigo de un miembro de la familia que con un extraño, en el domicilio más que en otro sitio.”
No hay otra palabra para describir tal información, más que “indignante”. Es indignante pensar que tales cifras de maltrato infantil en México sean tendencias y que incluso marquen patrones de repetición y aumento cada año.
En la serie política House of Cards, el miembro del Congreso Norteamericano Frank Underwood dice: “Se evitarían muchas tragedias si los niños estuvieran en la escuela”.
Dicha frase describe a la perfección la situación en México. En consecuencia a la carencia de un nivel educativo adecuado se producen fenómenos como el abuso infantil, reclutamiento de jóvenes para crimen organizado, y secuestro para la trata de infantes.
Mientras que la labor y responsabilidad fundamental de una sociedad civilizada consiste en brindarle a sus infantes y jóvenes una educación lo suficientemente alta como para mejorar la calidad de vida, provocando una reacción en cadena que eleva la calidad y la vuelve a elevar con cada generación. ¿Qué es lo que pasa en México? ¿Por qué no se dan las condiciones para que ese fenómeno surja?
La indignación crece cuando observamos que la educación en México ha pasado a ser un tema de segunda término de importancia tanto para el gobierno como para la sociedad.
“Gracias a las nuevas disposiciones, México cuenta con un sólido andamiaje jurídico que sustenta el propósito de hacer que nuestros niños y jóvenes reciban una formación que les permita ampliar sus perspectivas, fomentar el desarrollo de sus talentos y desarrollar sus capacidades.”
La cita anterior proviene de la última Reforma Educativa promovida por el Gobierno Federal. Habla sobre como el contenido de dicha reforma garantiza una educación de nivel superior para los niños de nuestro país.
Sin embargo ¿Por qué aún se reportan casos de abuso infantil, y por qué la taza de abuso sigue en aumento?
Con toda la evidencia brindada anteriormente con respecto a la situación educativa en México, que se encuentra en estado decadente, y los altos índices de todas las clases de abuso infantil que son reportadas, podemos observar que hay una clara relación.
No educar a los niños produce resultados catastróficos que como vimos anteriormente termina en casos de abuso, crimen, y violencia. Las personas que crecen en un ambiente de abuso, a su vez, caen en una conducta repetitiva, en un ciclo, portando la enfermedad provocada por la falta de consciencia. Si cada adulto en México se cruza de brazos mientras los maestros de su hijo hacen huelgas sin sentido en vez de atender sus posiciones en el sistema ¿Cuándo habrá una solución? Si cada mexicano se cruza de brazos ante cada caso de abuso que presencia en vez de reportarlo ¿Cómo esperamos que haya un cambio?
Es claro que es necesario crear programas educativos que a su vez, manejen el tema de la prevención de abuso, además de alentar a las víctimas a reportarlo. Crear grupos de ayuda y recuperación para los afectados es vital, además de asegurar que la denuncia del caso será atendida, ya que realizar una denuncia a la que no se le da ninguna continuidad puede llegar a poner en riesgo a la víctima del caso.
Lo más importante es que cada mexicano y mexicana entienda que entre más se promueve la normalización y cotidianidad del tema del abuso, más se contribuye y alienta a los abusadores. Las cifras de abuso tienen que disminuir de manera drástica, es inconcebible que más de veinte millones de niños sufran abuso, y que un millón de ellos sufran abuso de clase sexual por un familiar. Tiene que haber un cambio, y tiene que haberlo ahora. De otra manera, la siguiente generación repetirá la conducta de la anterior, y nos enfrascaremos en un ciclo de abuso que difícilmente tendrá un final.
No hay otra palabra para describir la situación actual, que “indignante”. ¿Cómo estás contribuyendo a terminar con el abuso? ¿Qué estás haciendo por el futuro de México?